jueves, 3 de abril de 2014

Relación entre las proteínas y la vida cotidiana

En nuestra vida cotidiana ingerimos diferentes tipos de proteínas a través de diversos alimentos, como lo son: las carnes (ternera, cerdo, ave, pescado), los huevos, los lácteos (leche, quesos, manteca), los productos panificados (contando a las pastas), las legumbres, el arroz, algunas semillas y frutos (avellanas, almendras, maní), hortalizas (por ejemplo la soja), entre otros.
La ingesta de estas conlleva a un buen crecimiento. Además son esenciales para el buen funcionamiento de las células y para que estas puedan formar sus estructuras, es decir, cumplen una función estructural. Otras de sus funciones son:
·         Hormonal= tenemos como ejemplo a la hormona insulina, que es la encargada de regular los niveles de glucosa en sangre.
·         Enzimática= las proteínas enzimáticas actúan como catalizadores de las reacciones químicas del cuerpo.
·         Defensiva= son los anticuerpos, quienes protegen al cuerpo de agentes extraños.
·         Transporte en sangre= a través de la hemoglobina se transporta oxígeno y otras sustancias.
Es por todas las funciones enumeradas anteriormente que las proteínas son indispensables, por lo tanto debemos procurar llevar una dieta rica en ellas. Aunque, en relación a estas necesidades nutricionales, encontramos tres “caminos” que representan los diferentes grados de consumo de proteínas:
·         El primero está representado por el bajo o nulo consumo de estas macromoléculas. Lo cual significa que en las dietas de algunas personas (sobre todo aquellas con bajo nivel socioeconómico) se ingieren pocos alimentos con un buen contenido proteico o que, directamente, no los consumen. Esto acarrea una serie de consecuencias ligadas a la salud, ya que podrían contraerse enfermedades como Marasmo o Kwashiarcor.
·         El segundo camino es una dieta equilibrada, con el justo consumo de proteínas para cumplir todas las necesidades del organismo y mantener un buen estado de salud.
·         El tercero representa un alto consumo de proteínas, es decir, que va más allá de lo requerido y saludable. Este exceso puede traer problemas cardiovasculares, obesidad, sobrecarga del hígado y los riñones (en lo que a eliminación de deshechos se refiere), cálculos de riñón, cansancio, náuseas y cefaleas (dolor de cabeza).
Pero al conocer la importancia de las proteínas para el organismo, una pregunta toma forma en nuestras mentes: ¿qué son las proteínas? Las proteínas son polipéptidos, es decir, son macromoléculas compuestas por muchos aminoácidos del tipo L-aminoácidos.
Si las proteínas están “hechas” de lo mismo, ¿cómo puede ser que las halla de distintos tipos? Esto se debe a que en las cadenas que componen a los aminoácidos los átomos se unen entre sí de manera distinta, a pesar de tener la misma fórmula molecular. Se lo denomina isomería óptica o enantiómeros.
Se los clasifica según:
·         Si su cadena es abierta (alifática) o cerrada (aromática).
·         Si es polar o no polar.
·         Si su cadena es neutra o si tiene carga.
·         Si tiene un compuesto (como el azufre) que las demás cadenas no tengan.
·         Si son esenciales (no pueden ser sintetizados por el organismo) o no esenciales (el organismo puede sintetizarlos).

·         Si tienen carácter ácido (cede protones) o básico (toma protones).